Desarrollo Sostenible: Asociados de la AMIIF en Dow Jones

By octubre 4, 2016 noviembre 1st, 2018 Blog

Llevar a cabo acciones para promover la salud de la población es parte fundamental de los procesos de desarrollo sostenible requeridos para nuestro bienestar y el de las generaciones por venir, y los diferentes sectores industriales juegan un papel de la mayor relevancia debido a su impacto en el desarrollo global, social y económico, y la protección del medio ambiente.

Con el objeto de impulsar la sostenibilidad de las empresas de manera global, se establecieron los Índices Dow Jones de Sostenibilidad (DJSI, por sus siglas en inglés), que evalúan el desempeño de las 2,500 compañías más grandes enlistadas en el índice Dow Jones del mercado mundial de valores con base en una serie de parámetros – tanto generales como específicos para cada sector de la industria, que son indicativos de las prácticas sostenibles que estas realizan alrededor de las tres dimensiones mencionadas antes: Desarrollo Social, Desarrollo Económico y Protección Ambiental. Los DJSI tuvieron su inicio en 1999 y actualmente son operados de manera conjunta por las firmas S&P Dow Jones Indices y RobecoSAM, y anualmente publican sus resultados, que son un indicador de gran utilidad para inversionistas interesados en soluciones sustentables.

Este año fueron incluidas nueve de las empresas asociadas con la AMIIF en dos de las listas regionales de los DJSI gracias a su sobresaliente desempeño en materia de sostenibilidad y queremos hacerles un reconocimiento público. Ellas son: AbbVie, Amgen,Bristol-Myers Squibb, Johnson & Johnson, MSD, AstraZeneca México, Glaxo Smith Kline, Sanofi y Roche.

El desarrollo sostenible es ahora una estrategia fundamental en la estructura de las organizaciones y la industria, dada la escasez de recursos, el envejecimiento de la población y el cambio climático, entre otros factores. Las empresas que implementan metodologías que les permiten estar alineadas a la sostenibilidad tienen mejores oportunidades de crecimiento y de permanencia, su productividad se ve reforzada por la planeación a largo plazo que está implícita en los mecanismos de desarrollo sostenible y esto a su vez impulsa la inversión.

La salud pública requiere del involucramiento de todos en los procesos de desarrollo sostenible, que lo podemos definir de forma básica como lo menciona el Informe Brundtland: “…cubrir las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de futuras generaciones para cubrir sus propias necesidades”. Esto implica el establecimiento de programas de conservación y manejo de nuestros recursos que no solo permiten una planeación a largo plazo, sino que implican ahorros en tiempo presente. Las empresas que enfrentan el reto de la sostenibilidad a través de la innovación y la calidad están apoyando la productividad del país al tener una estructura más sana en todos sentidos y su esfera de influencia se ve extendida de manera natural al sustentar su gobernabilidad corporativa en metas realistas que incluyen una responsabilidad social acorde a las circunstancias.

La conciencia de la relación entre la conservación de los recursos y la productividad no es cosa nueva, muchas (aunque no todas) sociedades en la antigüedad realizaban prácticas de conservación que les permitieran tener un “flujo ilimitado” de los recursos utilizados, pero no fue sino hasta los siglos XVII y XVIII que estas prácticas tomaron fuerza sentaron precedentes económicos, particularmente en el área de la explotación de la industria maderera en Europa. Para mediados del siglo XX ya se habrían implementado programas de conservación y desarrollado teorías económicas enfocadas a la sostenibilidad que tomaban en cuenta el deterioro del medio ambiente y la necesidad de prevenirlo y, en 1980, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (en inglés: IUCN) publicó una estrategia de conservación mundial en la que se menciona la necesidad de un “desarrollo sostenible como una prioridad global”.

En 1987 se publicó Nuestro Futuro Común (el Informe Brundtland), bajo el auspicio de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, de la ONU, y a partir de este, el concepto de desarrollo sustentable se fue estructurando como un “crecimiento económico socialmente incluyente y ecológicamente sustentable”. Algunos autores consideran que el desarrollo sostenible debería incorporar a la esfera política en el marco actual para tener un modelo más integral e incluso tomar en cuenta los aspectos culturales de la sociedad.

Todo esto sentó las bases para que la ONU creara los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el éxito de este programa a su vez impulsa la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 que diera inicio el 1º de enero de este año, con 17 objetivos de desarrollo sostenible y un total de 169 metas, con el propósito de “erradicar la pobreza extrema, combatir la desigualdad y la injusticia, y solucionar el cambio climático”.

La inclusión de nuestros asociados de la industria de la investigación farmacéutica en los Índices Dow Jones de Sostenibilidad es una clara muestra de la responsabilidad social y el buen gobierno corporativo requeridos para alcanzar los objetivos de desarrollo y dar impulso a la economía y la productividad de nuestro país.

Fuentes:

https://en.wikipedia.org/wiki/Dow_Jones_Sustainability_Indices

http://www.robecosam.com/images/Measuring_Intangibles_CSA_methodology.pdf

https://en.wikipedia.org/wiki/Sustainable_development

http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/

http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/la-agenda-de-desarrollo-sostenible/

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