Las variaciones en las condiciones climáticas son un factor que las instituciones del Sector Salud de todo el planeta deben considerar para el desarrollo de programas y proyectos, dado el impacto que pueden tener en la salud de la población.
El cambio climático que actualmente estamos viviendo es, en términos generales, el resultado de un calentamiento global acelerado. Sin entrar en polémicas innecesarias acerca de las razones para este cambio en el ritmo de variación térmica, el punto importante es que los patrones regulares de los fenómenos meteorológicos están sufriendo modificaciones que afectan a diversos elementos básicos para la subsistencia de las especies del planeta, nosotros incluidos. Estas alteraciones generan escasez de alimentos en algunas regiones a causa de las sequías, alargan las temporadas de enfermedades transmisibles por vectores como el mosquito Anopheles, y afectan el suministro de agua potable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que a partir del año 2030, el cambio climático podría ser causante de 250,000 muertes adicionales al año. Hoy en día se estima que los riesgos ambientales prevenibles provocan casi la cuarta parte de la carga de la enfermedad en el mundo y más de doce millones de muertes anualmente, y el cambio climático exacerba esos riesgos. Este es uno de los diferentes motivos por los que la ONU incluye una Acción Climática dentro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de su agenda 2030, es un tema insoslayable que requiere de toda nuestra atención y participación.
Un punto que debemos tener en cuenta es que los efectos del cambio climático son de largo plazo. Las alteraciones a los patrones mencionados antes difícilmente podrán revertirse en cientos de años, cuando mucho, si se toman las acciones necesarias, estas alteraciones podrán ser disminuidas para minimizar su impacto futuro. Con la finalidad de concientizar a la población y con base en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), la OMS publicó en el 2015 una serie de perfiles para diversos países en los que se muestran pronósticos de los diferentes escenarios que se podrían presentar en caso de tomar acciones adecuadas o de dejar las cosas como están. Las diferencias son sustanciales.
Para avanzar en el desarrollo de acciones para promover la salud relacionadas con el ambiente, en México se han publicado estrategias nacionales desde al año 2000 y en 2012 se aprobó la Ley General de Cambio Climático, que entre otros objetivos tiene el de “(f)omentar la educación, investigación, desarrollo y transferencia de tecnología e innovación y difusión en materia de adaptación y mitigación al cambio climático”. Esta ley también da paso a la creación del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, con el encargo de coordinar actividades en materia de cambio climático y protección al ambiente, entre otras, y a la vez permite robustecer las políticas nacionales en materia de salud.
Las características geográficas de nuestro país, como el hecho de tener clima templado y clima tropical, además de tener zonas áridas y estar entre dos océanos, lo hacen particularmente vulnerable al cambio climático de diversas maneras: inundaciones, huracanes, ondas de calor, proliferación de mosquitos transmisores de dengue o malaria. Se requiere de una fuerte inversión en procesos de adaptación que nos permitan enfrentar los problemas que se avecinan, y de una serie de campañas de concientización que impulsen a los diferentes sectores de la sociedad a tomar acciones. La participación de las autoridades y la industria en este rubro es de vital importancia, de igual manera que lo es la cooperación entre países. México, además de ser signatario del Protocolo de Kioto y del Acuerdo de París, también participa en mecanismos internacionales de colaboración como la Red de Investigación Científica en materia de Cambio Climático de la Alianza del Pacífico, que une esfuerzos entre Chile, Colombia, México y Perú.
El calentamiento global es un hecho, y sus consecuencias son inevitables pero mitigables. En AMIIF estamos comprometidos con el desarrollo de procesos sustentables y amigables con el entorno del que todos dependemos. En palabras de la Dra. Margaret Chan, Director General de la OMS: “lo que es bueno para el planeta, es bueno para la salud”.
Fuentes:
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/246116/1/WHO-FWC-PHE-EPE-15.26-eng.pdf?ua=1
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGCC_010616.pdf
http://www.who.int/mediacentre/commentaries/2016/climate-change-health/en/