Enfermedades cardiovasculares (ECV): Disminuir riesgos para mejorar vidas

By septiembre 29, 2021 Prensa

Desde mediados del siglo XX ha habido diferentes tipos de avances en tratamientos farmacológicos, dispositivos médicos y procedimientos quirúrgicos. Todos tienen el fin de disminuir la mortalidad y evitar el deterioro de la calidad de vida del paciente.

Se han formulado diferentes tratamientos y se han extendido campañas de concientización sobre asuntos como la muerte súbita cardiovascular y la importancia de tener intervenciones quirúrgicas durante, por ejemplo, un infarto agudo al miocardio. Se han puesto en marcha programas de atención específicos para enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares. Buena parte de los tratamientos se enfocan en controlar hipertensión e hipercolesterolemia, porque ambos factores de riesgo llevan a eventos agudos.

Han habido avances como los anticoagulantes, que evitan infartos, y los betabloqueadores, que hacen que el corazón lata más despacio, evitando la remodelación, que es un proceso en el cual el corazón, cuando ha recibido un daño agudo y crónico, sufre cambios de tamaño y de forma que afectan su funcionamiento.

Además, tenemos medicamentos que se han enfocado en la prevención, al permitir el control de factores de riesgo como la hipercolesterolemia. En los últimos 20 años, ha habido un desarrollo importante en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca. Antes, lo que se hacía con un paciente con insuficiencia cardiaca era solamente controlar los síntomas, pero hoy, gracias a la innovación farmacéutica ha cambiado el paradigma de cómo tratar la insuficiencia cardiaca. Y la innovación sigue buscando nuevas vías para cubrir las necesidades no satisfechas de los pacientes. A nivel global más de 563 medicinas en desarrollo para atender enfermedades como insuficiencia cardiaca, derrame cerebral, enfermedades vasculares periféricas, trombosis, trastornos lipídicos e hipertensión)

Pero, a pesar de todos estos avances, las ECV siguen siendo la primera causa de muerte a nivel mundial. Cada año, alrededor de 18 millones de personas fallecen como consecuencia de infartos, derrames cerebrales y otros de los padecimientos involucrados en este grupo. En México, en 2018, las enfermedades del corazón fueron la primera causa de muerte con 141,873 fallecimientos. ¿Por qué a pesar de los progresos las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo? En parte, porque la gente vive más y, segundo, porque ha habido un avance desigual en la prevención los factores de riesgo. De ahí que si queremos alcanzar la meta de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles necesitamos enfocar nuestros esfuerzos no solo en la innovación sino en la prevención y el diagnóstico oportuno.

 

Publicado previamente en Reforma.