El concepto de exposoma fue acuñado en 2005 y se refiere a todas las exposiciones ambientales a las que el ser humano está sometido. Surge como una nueva estrategia para evidenciar los factores de riesgo de enfermedades generadas por el medio ambiente.
Este concepto, que comenzó a utilizarse en toxicología laboral, es parte de un enfoque innovador que los científicos han adoptado para mejorar su comprensión de enfermedades como el asma, cuyos desencadenantes como el polen, las esporas de moho, los gases que provienen de los escapes de automóviles y el hollín, se encuentran en todas partes. Se estima que esta enfermedad crónica, e incurable, afecta a cerca de 262 millones de personas en todo el mundo, mientras que en México se ubica dentro de las primeras veinte causas de enfermedad.
En este texto se explica cómo el estudio del exposoma puede proporcionar una imagen más completa de la interacción del entorno con el genoma para causar enfermedades a lo largo del tiempo. Y el enfoque es tan prometedor que la Universidad Johns Hopkins lanzó hace un par de años el proyecto Exposome Collaborative, donde se reunieron tanto recursos materiales como intelectuales del campo de las ciencias de la salud ambiental e ingenierías para evaluar el exposoma y su relación con el asma infantil.
Una de las grandes preguntas a responder es: ¿Cuál es el rango de cosas a las que la gente está expuesta? A través del Exposome Collaborative se busca crear mejores herramientas para estudiarlo, encontrar nuevas formas de obtener pistas ambientales a partir de muestras de sangre y orina y así, recopilar datos de la presencia de sustancias químicas en el aire y en el agua. A su vez, se busca explicar el desarrollo de enfermedades tan impactantes en la calidad de vida como el asma, y orientar el desarrollo de nuevas terapias e intervenciones para mejorar su control.