Las enfermedades no son el único factor que afecta a la salud pública, las lesiones por accidentes también son una carga para el sistema.
Los accidentes se pueden presentar en cualquier parte, no solo en la industria, y de ahí que se elaboren normas y reglamentos de seguridad para casi todos los ámbitos de la actividad humana, pero tienen limitaciones naturales. Por dar un ejemplo, los reglamentos de tránsito y las recomendaciones de seguridad para el uso de vehículos automotores se diseñan para proteger a los usuarios pero solamente los conductores de vehículos comerciales están sujetos a una vigilancia y una capacitación continuas, a diferencia de los conductores de vehículos particulares. El resultado de esa diferencia en la aplicación y el cumplimiento de las reglas es claramente visible en el número de accidentes viales que los servicios de salud en México tienen que atender anualmente: cerca de 400 mil en 2015.
Las normas de seguridad industrial también tienen que tomar en cuenta la presencia y la participación del público y no solo de los empleados, en muchos diferentes sectores. Por lo mismo, el diseño de estas reglas debe considerar márgenes de seguridad más amplios y contemplar un mayor número de variables y escenarios posibles que pudieran resultar en un accidente. Podemos decir que las normas de seguridad son en realidad acciones para promover la salud de la población y no solo la de los trabajadores, por lo que se requiere de una colaboración adecuada entre las diferentes instancias involucradas.
El ejemplo más reciente de la necesidad de implementar normas adecuadas y leyes que formalicen las actividades comerciales es la explosión del mercado de pirotecnia en Tultepec, en el Estado de México, que provocó la muerte de más de treinta personas -entre comerciantes y visitantes- y heridos de gravedad que tuvieron que ser trasladados a diferentes instituciones dependientes de la Secretaría de Salud de México. México es el segundo productor de pirotecnia en América Latina y los ingresos por este rubro son considerables pero la industria no está regulada por una ley específica y solamente se siguen -en algunos casos- las recomendaciones internacionales o los capítulos y normas de leyes no específicas para dicha industria.
Además del impacto en las vidas de las personas lesionadas y sus familiares, también está el costo generado al sistema de salud por la expedición de normas que no cubren los verdaderos requerimientos de la industria y la falta de leyes que permitan desarrollarlas, y de esa manera proteger la salud de aquellos que no están directamente involucrados con la actividad pero que sí pueden ser víctimas directas de esta.
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