La transfusión de sangre es un proceso que salva miles de vidas todos los días y todos los sistemas de salud pública en el mundo están conscientes de la importancia de contar con reservas de sangre confiables y suficientes que permitan mantener la continuidad en la atención a los pacientes. Los donantes son la base de esta atención.
La función de la sangre y los mecanismos de su circulación han sido objeto de estudio desde hace miles de años y su relevancia ha sido reconocida desde siempre. La relación entre el corazón y las arterias se indica en papiros del antiguo Egipto del siglo XVI antes de nuestra era, y otras descripciones del sistema circulatorio fueron registradas por estudiosos de diferentes épocas: Sushruta en la India, Hipócrates y Galeno en Grecia, Avicena en Persia. El médico árabe Ibn al-Nafis describió en 1242 la circulación pulmonar por primera vez y pasaron casi 400 años para que el médico inglés William Harvey publicara sus hallazgos, en 1628, describiendo con precisión (aunque con algunos elementos faltantes) el proceso de circulación de la sangre.
Apoyándose en los trabajos de Harvey, al poco tiempo empezaron a llevarse a cabo los primeros intentos de transfusiones de sangre de animales en humanos y en los mismos animales, con resultados a veces positivos y a veces letales. No pasó mucho tiempo antes de que esta práctica fuera prohibida y abandonada y fue hasta el siglo XIX que se retomaron estos esfuerzos, cuando un obstetra inglés, James Blundell, efectuó la primera transfusión exitosa registrada de sangre humana para tratar a una paciente con hemorragia postparto, tomada del esposo de la paciente, quien sería el primer donante humano registrado (se sabe que el médico americano Philip Syng Physick transfundió sangre humana exitosamente en 1795 pero la información no fue publicada). Sin embargo, la transfusión de sangre continuó siendo un procedimiento complicado y riesgoso hasta que se descubrieron los grupos sanguíneos por Karl Landsteiner en 1901 (clasificados por Jan Jansky en 1907) y se pudo predecir la compatibilidad entre individuos. Ahora ya se tendrían bases científicas para reducir los riesgos de la transfusión.
Este 14 de junio se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre con el tema «La sangre nos conecta a todos», en agradecimiento a los donadores. La campaña de este 2016 lleva la intención de “motivar a los donantes habituales a que sigan donando sangre y alentar a las personas que gozan de buena salud y nunca han donado, en especial a los jóvenes, a que empiecen a hacerlo”, así como generar conciencia de la importancia para el sector salud de contar con sangre y productos sanguíneos disponibles en todo momento y en todo lugar.
Uno de los objetivos de la OMS para el 2020 es lograr que en todos los países la donación sea periódica, voluntaria y no remunerada. De esa manera se garantizará un suministro de sangre adecuado y seguro, que a la fecha es insuficiente en buena parte del mundo.
Los indicadores de salud en México muestran una tasa de donación de sangre apenas por arriba de la media en países con ingresos medios y muy por debajo de la media en países desarrollados. Las donaciones voluntarias en nuestro país representan solo un pequeño porcentaje del total.
La sangre donada también se usa para elaborar diferentes productos terapéuticos de gran valor y de ahí la reforma al artículo 341 Bis de la Ley General de Salud, en vigor desde 2014, que da a la Secretaría de Salud de México el sustento legal para poder “(impulsar) la donación de todos los componentes sanguíneos, y no solamente las células progenitoras hematopoyéticas, a fin de que el número de beneficiados sea mayor”. Esta reforma, junto con la reforma realizada en 2012 a la Norma Oficial Mexicana para la disposición de sangre humana y sus componentes con fines terapéuticos, permiten agilizar y mantener un mejor control en el sistema de donación y abastecimiento de sangre. Actualmente en México los requisitos para donantes, de acuerdo al CNTS, son:
- Ser mayor de 18 años;
- Pesar mínimo 50 Kg.;
- En general tener buena salud;
- Presentar una identificación oficial con fotografía;
- Personas sin tos, gripe, dolores de cabeza o de estómago;
- No padecer, o haber padecido, epilepsia, hepatitis, sífilis, paludismo, cáncer, sida o enfermedades severas del corazón;
- No haber ingerido bebidas alcohólicas en las últimas 48 horas;
- No haber tenido ningún tipo de cirugía en los últimos seis meses;
- No haberse realizado tatuaje, perforación o acupuntura en el último año;
- No haber sido vacunado contra hepatitis o rabia en el último año, y
- En ayuno mínimo de 4 horas.
La campaña del Día Mundial del Donante de Sangre es un paso más hacia la autosuficiencia que nuestro país requiere.
Fuentes:
– ‘Blood transfusion’, Wikipedia. Consultado en: <https://en.wikipedia.org/wiki/Blood_transfusion>
– ‘Circulatory system’, Wikipedia. Consultado en: <https://en.wikipedia.org/wiki/Circulatory_system>
– Campañas mundiales de salud pública de la OMS, ‘Día Mundial del Donante de Sangre 2016: La sangre nos conecta a todos’. Consultado en: <http://www.who.int/campaigns/world-blood-donor-day/2016/event/es/>
– Boletín Nº 2924, Cámara de Diputados. ‘Aprueban reformas a la Ley General de Salud para impulsar la donación sanguínea’. Febrero 6, 2014. Consultado en: <http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/Boletines/2014/Febrero/06/2924-Aprueban-reformas-a-la-Ley-General-de-Salud-para-impulsar-la-donacion-sanguinea>
– NORMA Oficial Mexicana NOM-253-SSA1-2012, Para la disposición de sangre humana y sus componentes con fines terapéuticos. Diario Oficial de la Federación. 26 de octubre, 2012.
– ‘Donación de sangre’, Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea. Consultado en: <http://cnts.salud.gob.mx/interior/bs_donsan.html>