La poliomielitis está a punto de ser erradicada gracias a los esfuerzos del sector salud en todo el mundo y el Día Mundial contra la Polio se celebra este 24 de octubre con la finalidad de impulsar ese proceso y erradicar la polio para el 2018.
La primera enfermedad contagiosa -humana- erradicada a nivel mundial fue la viruela, a través de campañas globales de vacunación que abarcaron buena parte de los siglos XIX y XX, hasta que la Organización Mundial de la Salud declaró en 1979 que esta enfermedad ya no tenía presencia en ninguna parte del planeta. La polio puede convertirse en la segunda enfermedad que se erradique de la misma manera: vacunando a la población.
Las consecuencias de la poliomielitis, conocida también como parálisis infantil, pueden ir desde simples molestias musculares o dolor de garganta en aquellos afectados por poliomielitis abortiva, en la que el sistema nervioso central (SNC) no se ve involucrado, hasta encefalitis, deformaciones del esqueleto o severos problemas respiratorios en aquellos cuyas células del SNC son afectadas por el virus de la polio, que no fue aislado sino hasta 1909 por los médicos austríacos Landsteiner y Popper.
Sabemos que la polio ha afectado a los humanos desde las primeras sociedades hace miles de años y su primera descripción clínica la hizo el médico británico Michael Underwood en 1789, pero no se tienen registros de brotes epidémicos de importancia en el mundo hasta finales del siglo XIX (aunque existe evidencia de posibles epidemias anteriores a los registros históricos). Irónicamente, se cree que una de las causas de los brotes de polio en la era moderna fue el mejoramiento de los sistemas sanitarios en las ciudades de los países desarrollados. Antes del establecimiento de medidas de higiene como parte de los programas de salud pública en el mundo, las personas estaban más expuestas al virus y las poblaciones habían desarrollado una inmunidad natural a la enfermedad; en aquellas épocas era poco común que los menores de seis meses fueran infectados por el virus, siendo la prevalencia mayor entre infantes de seis meses a cuatro años de edad, pero al reducir la exposición de los infantes al virus, la proporción de niños y adultos en riesgo de contagio se incrementó de manera drástica, resultando en brotes epidémicos alarmantes.
Para mediados del siglo XX, la polio era ya una enfermedad que presentaba importantes epidemias anuales, y fue precisamente la epidemia de 1952 en los Estados Unidos (con cerca de 58,000 casos reportados) la que aceleró el desarrollo y la implementación de la primera vacuna efectiva contra la polio: la vacuna Salk.
Los esfuerzos por desarrollar una vacuna contra la polio datan de 1935, con el trabajo del investigador Maurice Brodie, de la Universidad de Nueva York, que desarrolló una vacuna inactivada a base de médula espinal de mono que le fue aplicada a 3,000 niños, pero ninguno de ellos desarrolló inmunidad contra la enfermedad. Posteriormente, en 1948, un grupo de investigadores encabezado por el científico John Franklin Enders del Hospital Infantil de Boston logró cultivar con éxito el poliovirus en tejido humano, lo que facilitó el futuro desarrollo de la vacuna contra la polio. Enders –a quien se le conoce como “el padre de la vacunación moderna”– y sus colegas, Thomas Weller y Frederick Robbins, recibirían el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1954 por haber “descubierto la capacidad de los poliovirus para crecer en cultivos de varios tipos de tejido”.
En 1952, el mismo año de la gran epidemia de polio en Estados Unidos, Jonas Salk utilizó la técnica Enders-Weller-Robbins para poder producir grandes cantidades de poliovirus y de esa manera desarrollar su vacuna a partir del virus inactivado. Tres años después esta sería autorizada y así daría inicio el programa de vacunación contra la polio en EE.UU., que en 1962 se vio reforzado por la introducción de la vacuna desarrollada por el Dr. Albert Sabin, elaborada a base del virus atenuado y administrada de forma oral, y que demostró tener una gran eficacia. La administración de estas y otras vacunas contra la polio desarrolladas a finales de los 80 han permitido que la poliomielitis se haya reducido en un 99%.
El virus de la polio presenta tres serotipos, de los cuales solamente el tipo 1 continúa circulando en el mundo. El serotipo 2 fue erradicado en 1999, lo cual fue anunciado por la Comisión Mundial para la Certificación de la Erradicación de la Poliomielitis en septiembre de 2015, y el serotipo 3 no ha sido detectado en el mundo desde noviembre del 2012. Por este motivo, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización de la OMS confirmó su recomendación para retirar las vacunas orales que contengan el componente tipo 2 y sustituir las vacunas trivalentes por bivalentes.
A la fecha solamente existen tres países en los que la polio se considera endémica: Paquistán, Afganistán y Nigeria, este último habiendo sido retirado de la lista de países endémicos en septiembre del 2015 pero que desafortunadamente reportó en agosto de este año dos casos de niños con parálisis por polio. De las 6 regiones de la OMS, 4 ya han sido certificadas como libres de polio, sin embargo el riesgo de contagio sigue latente y han ocurrido brotes recientes en tres países además de Nigeria: Laos, Madagascar y Ucrania. Otros 14 países de África y el Medio Oriente están considerados como países en riesgo debido a los bajos niveles de inmunidad y de vigilancia que presentan.
El Día Mundial contra la Polio es promovido por la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio (GPEI) y será celebrado este 24 de octubre en la sede de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, en la ciudad de Atlanta. El acto será transmitido en directo y contará con la presencia de expertos explicando y analizando la situación actual de la lucha para la erradicación de la poliomielitis. Estando ya en la recta final para la consecución de este objetivo, el plan estratégico de la GPEI consta de 4 fases:
- Detectar e interrumpir toda transmisión de poliovirus
- Fortalecer los sistemas de inmunización y retirar la vacuna oral
- Contener al virus de la polio y certificar la interrupción de su transmisión
- Planificar la transición hacia un mundo sin polio
Aun cuando la poliomielitis sea erradicada, quedará todavía mucho trabajo por hacer. Millones de personas en el mundo sufren de las secuelas de la infección y requieren de asistencia en diferentes niveles; una de las condiciones que mayor atención requiere es el llamado síndrome postpolio, que puede aparecer de 15 a 30 años después de la infección inicial. Los efectos tardíos de la polio pueden reducir de manera relevante la calidad de vida de los afectados y por ello también es importante apoyar el trabajo de organizaciones como la OMCETPAC, la Organización Mexicana para el Conocimiento de los Efectos Tardíos de la Polio.
En la AMIIF estamos convencidos de los resultados del trabajo en equipo por el bienestar de la población de México y del mundo. Trabajemos juntos por un mundo sano.
Fuentes:
https://en.wikipedia.org/wiki/Polio_vaccine
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs114/es/
http://polioeradication.org/wp-content/uploads/2016/07/A69_25-en-3.pdf
http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2016/nigeria-polio/en/
http://www.postpoliomexico.org/